Los ácaros son unos organismos microscópicos, que se alimentan de las sustancias que hay en el polvo de casa (fibras de los tejidos, descamación de la piel de las personas y de los animales, restos de insectos, hongos, etc…). Los ácaros no pican ni transmiten enfermedades y solo producen síntomas de alergia en los ojos, nariz o pulmones en los pacientes que son alérgicos a ellos.
Los ácaros viven dentro de las casas, así que no están en el polvo de la calle. Se acumulan en lugares alejados de la luz solar y necesitan unas condiciones de humedad de alrededor del 70% y una temperatura de alrededor de 25ºC. Esto se da especialmente en zonas costeras y en islas. En zonas de meseta y montaña disminuyen.
En las épocas de primavera, y sobre todo otoño, se dan las condiciones ideales de temperatura y humedad, y es cuando más proliferan los ácaros. En esa época, las personas que les tienen alergia suelen empeorar.