¿Qué impacto tiene el arte en nuestro bienestar emocional? Hablamos con Pilar Ruiz, persona atendida en el Centro de Salud Mental para Adultos de Sants y socia del Club Social Mentes Abiertas Sants-Montjuïc.
El arte, en muchas de sus expresiones, ha sido una constante en la vida de Pilar. Desde pequeña empezó a experimentar con la fotografía, el dibujo y el barro. De adulta estudió en las escuelas de arte y diseño Llotja y Massana y más tarde probó nuevas modalidades para seguir explorando en el ámbito artístico. Se dedicó también a realizar maquetas de arquitectura y diseñar luces para el hogar, las cuales comercializó durante 4 años en una importante cadena de tiendas de ropa, complementos y decoración. A Pilar, de 67 años, le gustan los retos y probar nuevos caminos artísticos que le planteen dificultades.
Recientemente ha recibido uno de los accésits del XXV Premio Agustí de Semir & Conxa Millán 2024 que convoca la Fundación CPB Dr. Fábregas para personas atendidas en la red de servicio de salud mental y adicciones de Cataluña.
Pilar, ¿qué es para ti el arte?
Para mí, la práctica de una actividad artística supone gozar y divertirse. Creo que el arte es sanador y una manera, algo cifrada, de expresar emociones y sentimientos que a veces nos es imposible expresar de otra manera. Yo empecé a moldear en barro más o menos a los 13 años. En esa época me ayudaba a expresar lo que sentía ya exteriorizar emociones que no verbalizaba. Lo mismo que hago con los dibujos. Dibujando también libero y expreso la rabia, la tristeza y el sarcasmo, ahorrando estas emociones al otro.
¿Qué efecto terapéutico consideras que puede tener el arte en cualquier expresión?
Sin duda el arte es liberador y nos ayuda en nuestro bienestar emocional. Una muestra clara de esto es el arteterapia.
¿Qué le puede aportar a alguien, por ejemplo, empezar a dibujar?
Creo que muchas personas se autolimitan a la hora de experimentar con el dibujo o cualquier otra modalidad artística. Piensan que es difícil y que no serán capaces, que no les va a salir bien. Pero es necesario probar. Yo les diría que, simplemente, jueguen sin importar el resultado de lo que creen. Hacerlo nos conecta con nuestro niño o niña interior, con la diversión y juego. Es una sensación muy placentera.
¿Qué te hace participar este año en el Premio Agustí de Semir & Conxa Millán?
No conocía este concurso, me enteré por el Club Social Ments Obertes. Hacía unos meses que me había comprado unas pastillas de grafito acuarelable y que había jugado con ellas sobre el papel para ver su comportamiento en este material, pero sin mayor pretensión. Y cuando me enteré del concurso dije: mira, aquí tienes una buena motivación.
Y has recibido uno de los accésits, entre una participación que ha superado las 700 obras presentadas.
Sí, cuando dijeron mi nombre, me sorprendí porque sabía que la participación había sido muy alta y no esperaba recibir ningún premio. Al finalizar la gala, me felicitaron varias compañeras y compañeros del Club Social Ments Obertes que también habían asistido a la ceremonia. Y fue entonces, al recibir ese reconocimiento por su parte, que sentí alegría. El reconocimiento de los demás fue para mí muy importante.
¿Qué representa tu obra?
Este año la temática del certamen ha sido el cielo. Mi obra se titula Tú eres mi cielo y es un collage en grafito acuarelable. Me he inspirado en plasmar colores del cielo que nunca veré como, por ejemplo, una aurora boreal. Durante el proceso creativo jugué con mezclas de colores y, mientras lo hacía, sentí que más allá del espectro luminoso, también podía representar a la humanidad, a las personas invisibles que quedan fuera del “cuadro”. Es una perspectiva que a menudo repito, pensar en quién se siente diferente porque está fuera de la normativa y siente cierto rechazo. También dejé un espacio en blanco en el cuadro, que representa la luz que el ojo humano no puede captar o lo que la humanidad desconoce.